Hay muchos factores que pueden determinar si nuestro negocio va a tener éxito o si va a ser un completo fracaso, como el hecho de saber cómo elegir una pareja y no equivocarse en el intento (en este contexto, nos referimos a pareja como a un socio)
Y es que encontrar a un socio es mucho más complicado de lo que parece, ya que existen muchas cuestiones a tener en cuenta.
A lo largo del artículo vamos a analizar algunas historias reales de fracaso al elegir un socio, y algunos consejos para elegir y no equivocarse.
1. Historias reales de fracaso a la hora de elegir socio
La primera empresa de Bill Gates
Sin ir más lejos, Bill Gates tuvo que enfrentarse a la derrota en la primera empresa que fundó. Esta se llamaba Traf-O-Data y tenía el propósito de analizar y procesar los datos almacenados en cintas de grabación.
Para llevar a cabo este proyecto se asoció con Paul Allen. El problema en sí mismo no fue tanto por la elección del socio, como por el producto en sí mismo (y es que este apenas funcionaba).
No obstante, este estrepitoso fracaso hizo que Bill Gates se motivase todavía más. En unos años había lanzado el primer producto de Microsoft, y esto le llevaría a convertirse en uno de los hombres más ricos de todo el mundo.
Los hermanos Wright
Otro fracaso a la hora de elegir socio lo encontramos en la idea principal de los hermanos Wright, quiénes pasaron a la historia por la invención del aeroplano y por imponer las bases del mundo de la aviación.
Sin embargo, la idea no cosechó mucho éxito en un principio. De hecho, hasta el New York Times llegaría a publicar notas que desacreditaban el invento.
No obstante, ellos nunca perdieron la ilusión: después de crear su primer modelo, después de muchos errores, consiguieron lanzar un aeroplano que cambiaría la historia de la aviación.
Es posible que el verdadero problema no fuese la elección de socio, sino que les faltaría algo de marketing para empezar con el negocio.
Los Pierre
Carlos Pierre y óscar Pierre se encuentran ahora mismo entre los emprendedores más exitosos de startups españolas. En concreto, Óscar Pierre es CEO y co-fundador de Glovo, mientras que Carlos Pierre es fundador de Badi.
En algún momento del pasado tuvieron la oportunidad de asociarse, pero no decidieron seguir por ese camino.
Ellos mismos han declarado en más de una ocasión que emprender no es para todos, y que encontrar a un buen socio es fundamental para que un negocio crezca.
2. Cómo elegir un socio y no equivocarse
Teniendo en cuenta todo el tiempo que has dedicado a que tu negocio crezca, no lo puedes poner en manos de cualquier persona. De aquí que sea tan importante seguir buenos consejos de cómo elegir una pareja y no equivocarse en el intento.
Ten en cuenta que una sociedad es un contrato que se establece a largo plazo y que se da entre 2 o más personas. Vas a tener que dedicar mucho tiempo a la planificación y administración del negocio, así que necesitas a un socio que tenga las ideas firmes, con el que te puedas llevar bien.
Para ayudarte con ello, hemos preparado un extenso apartado en donde vamos a detallar las claves para elegir socio:
a. Siempre cree en tu idea
Antes de empezar con la búsqueda de inversores es importante hacer una jornada de reflexión para determinar hasta qué punto crees en tu idea. Esto es fundamental para determinar lo que se conoce como el potencial de retorno, clave para atraer a nuevos socios.
Para que un socio capitalista decida invertir en el negocio es importante que tenga claro el capital que va a invertir y el tiempo en el que empezará a darle beneficios.
Si no crees en tu negocio te aseguramos que nadie más lo va a hacer. Debes mostrar a los socios la escalabilidad del proyecto y qué impacto tiene la idea en el mercado. Además, asegúrate de preparar correctamente el ambiente para vender tu idea; para ello debes transmitir seguridad y confianza.
b. ¿Necesitas dinero o un socio?
El siguiente paso de cómo elegir una pareja y no equivocarse consiste en hacerse la pregunta del título. En muchos casos, las sociedades se forman a partir de una persona que tiene la idea y otra que tiene el dinero para que esta pueda funcionar.
Podría ocurrir que el inversionista no sepa qué cantidad de dinero necesita su idea para funcionar, o que se quiera meter en el proyecto sin tener ni idea de cómo funciona.
Si lo único que te hace falta para que funcione el negocio es dinero, lo más recomendable es buscar un banco y pedir financiación. Y es que, si la empresa termina siendo un éxito, puede que quiera comprarte la idea y quedarse con un 100% de la misma.
Hay que tener muy claro que es lo que realmente se necesita antes de dar el primer paso.
c. ¿Qué tipos de socios existen?
También es muy importante saber qué socios existen y las características de los mismos, para saber cuáles son los que más interesan. Por lo general, podemos distinguir 2 grandes tipos: accionistas capitalistas y socios ejecutivos.
- Accionistas capitalistas: son aquellos que tienen el principal propósito de ofrecer financiación para que la idea se haga realidad. Para ello, tendrán que asumir los riesgos económicos relacionados. Antes de recurrir a este tipo de inversión, podemos intentar conseguir el dinero a través de amigos, familiares, probar con una campaña de crowdfunding o con los business angels.
- Socios ejecutivos: por su parte, los socios ejecutivos también se encargarán de la gestión de la empresa, complementando nuestro trabajo. No solo se involucrarán de una forma económica, sino que también buscará la forma de dar el máximo valor a la entidad. En otras palabras, será capaz de multiplicar el potencial de la empresa, aportando una cierta solidez financiera.
d. Encuentra socios compatibles
De todos los factores que vamos a estudiar para buscar a socios, este es uno de los más destacados.
Para que exista una comunicación efectiva entre los miembros de la empresa, es importante que comparta tus expectativas de negocio. Ten en cuenta que con estas personas tienes que ser capaz de tomar decisiones, de pensar en objetivos y de administrar el proyecto.
Si te encuentras a una persona que es inflexible, nada empático, que no se puede poner en tu lugar para apreciar tu punto de vista, es muy complicado que tu idea pueda tener éxito.
No tengas prisa en encontrar un socio: los buenos socios no aparecerán de la noche a la mañana. No dudes en entrevistarlos tantas veces como lo necesites para tener clara la decisión.
e. Busca socios que aporten algo al negocio
Otra de las características que identifican a los buenos socios es que puedan aportar algo al proyecto. Deben ser personas que tengan habilidades especiales que te puedan resultar de interés, que se puedan complementar con lo que tú saber hacer.
Por muy polifacética que sea una persona, nadie puede hacer todo lo que se necesita en la empresa.
Por ejemplo, imagina que eres una persona que tiene muchas habilidades para el mundo de la contabilidad, pero pocas habilidades interpersonales para conectar con los clientes. En este caso, necesitarás a un socio que sea un “relaciones públicas”, para cuidar las relaciones.
A mayor aporte de habilidades por parte de los socios y por tu parte, más sencilla será el crecimiento, planificación, y administración del negocio.
f. Tan solo asóciate con personas que tengan las cosas claras
Por mucho que hayas encontrado al socio con las mejores habilidades para tu negocio, debes considerar si tienen problemas serios en su día a día. Por mucho que se intente evitar, es muy probable que esos problemas se terminen mezclando con el negocio, hasta el punto de que puede terminar afectando de forma grave.
Aunque siempre es interesante dar una oportunidad a una persona (especialmente si vale y lo está pasando mal), también hay que considerar que conseguir que una empresa funcione requiere de mucho tiempo, de energía y de tener la mente centrada.
Si el socio se va a pasar la mayor parte del tiempo atendiendo a sus problemas personales, tarde o temprano serás tú el que acabe llevando la mayor parte de la carga del proyecto.
g. Te interesan los socios con recursos
Hay muchos recursos que un socio puede aportar a tu empresa. Los más habituales son los financieros; estos resultan muy prácticos para iniciar el negocio o para expandirnos a nuevos mercados.
Sin embargo, hay que considerar que también existen otras contribuciones que van mucho más allá del plano económico, y que pueden ser igual de interesantes. Estas son algunas de las más interesantes:
- Red de negocios: el socio podría contar con una cartera de proveedores o clientes que podrían estar muy interesados por el producto o servicio que vamos a ofrecer. Si tenemos clientes, tendremos dinero.
- Conexiones con la industria: de igual forma, el socio también podría tener conexiones con varios proveedores que pudieran conseguirnos la materia prima a un precio más económico. Esto supondrá un ahorro importante que redundará en un incremento del rendimiento.
- Credenciales: también podrían tener algunas credenciales con las que abrirnos ciertas puertas.
Estos son algunos de los recursos que podrían mejorar el valor del negocio y las posibilidades de conseguir nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo.
h. Escoge a un socio que sea de tu confianza
La confianza es uno de los criterios clave que debería transmitirle el socio antes de elegirlo. Ten en cuenta que le vas a confiar tu empresa, tu sueño, por lo que no podemos elegir a la primera persona que entre a nuestro despacho.
Para ganarse nuestra confianza tendremos que buscar a una persona que tenga buenos valores, que sea ético en los negocios y que se mueva usando buenas prácticas personales.
Si una persona no es pulcra, nunca se sabe cuándo podría llegar a robar el dinero que has ganado, quedarse con tu idea, hacerse con el listado de clientes o proveedores para montarse el negocio por su cuenta, etc.
Incluso, su falta de ética podría llevarle a infringir la ley y esto te traería importantes problemas legales.
i. Elige a socios que sean estables a nivel financiero
No siempre se puede encontrar a un socio que tenga recursos financieros para aportar al negocio; como ya hemos indicado, pueden tener otros recursos que también sean de nuestro interés.
En cualquier caso, no te interesa elegir a un socio que esté en una situación económica complicada. Es decir, que debes huir de aquellos que se encuentren en medios de una crisis, ya que puede salir mal por muchas razones:
- Esta crisis prueba su capacidad para gestionar las crisis: si se encuentra en esta situación tan complicada es que no ha sabido administrar su dinero, ni su tiempo.
- En casos de extrema necesidad, este socio podría llegar a robar capital del negocio para pagar sus propias deudas.
Para saber cómo elegir una pareja y no equivocarse, sería interesante hacer un estudio de su situación financiera. Hoy en día, gracias a Internet, podemos encontrar mucha información relacionada sin tener que complicarnos demasiado la vida.
j. La importancia del respeto
La confianza es tan importante como el respeto a la hora de elegir un socio. Nunca te debes asociar con una persona a la que no respetes.
- Encuentra a una persona cuyas opiniones y esfuerzos respetes.
- Al mismo tiempo, esta persona te debe mostrar respeto como socio.
- Cualquier detalle que no te cuadre puede hacerte desconfiar. En este caso, quizá valdría la pena encontrar a otro socio.
i. Otras características a considerar
Además de las características anteriores, para saber cómo elegir una pareja y no equivocarse en el mundo de los negocios, el socio debería tener estas características:
- Amplio conocimiento del sector: sería interesante elegir un socio que conozca muy bien el sector en donde nos vamos a meter. El objetivo es que pueda actuar como consultor para una correcta toma de decisiones. Este conocimiento podría evitar que cometamos graves errores.
- Capacidad para comprender proyectos: también es importante que el emprendedor pueda tener la mente abierta, con una buena capacidad de compresión. Debe ser capaz de aportar sugerencias, de compartir proyectos y diferentes soluciones. En el caso de que no sepa escuchar, o que directamente no te entienda, es posible que ese socio no sea para ti.
- Debe ser leal: no solo debe ser leal ante la empresa, sino también ante los clientes, proveedores y cualquier otra parte implicada en el proyecto. La fidelidad de los socios eleva la previsibilidad de las decisiones y minimiza el riesgo de que algo pueda salir mal.
- Dispuesto a compartir soluciones: es imposible estar siempre de acuerdo con los socios. Tarde o temprano se van a producir situaciones conflictivas, siendo algo que debemos prever. El socio debe practicar la escucha activa y estar dispuesto a compartir soluciones. Así será más fácil llegar a un punto en común.
- Capacidad para comprender y buscar errores: en el momento en el que algo salga mal (y ese momento llegará), lo primero que debería hacer el socio es buscar el origen del error y pensar en posibles soluciones. También debe practicar la humildad y reconocer sus propios errores.
- No debe tener miedo de expresarse: un buen socio no solo debe ser capaz de escuchar, sino que debe tener la suficiente autoestima y confianza en sí mismo como para poder expresar sus ideas. Y es que nunca se sabe de dónde puede salir esa idea millonaria que revolucionará el mercado por completo.
Ten en cuenta estos consejos y podrás elegir al mejor socio.
3 Algunos consejos para elegir socio y solucionar problemas más habituales
Si el negocio va bien no suelen haber problemas. Pero cuando empiezan a venir los primeros obstáculos es cuando ocurren los problemas entre los socios.
En este apartado os vamos a dar algunos consejos para elegir pareja que también os servirán para solucionar los problemas más habituales que se pueden producir.
a) No dejar claro desde el primero lo que se espera de la otra persona
Las expectativas profesionales pueden cambiar; esto podría llevar a que un socio espere demasiado de otro en un momento dado.
Para evitar cualquier desacuerdo en este punto es fundamental crear lo que se conoce como un protocolo de actuación a la hora de constituir la sociedad. Estos protocolos están compuestos por una serie de normas y actuaciones que los socios se deben comprometer a respetar.
Estos problemas son muy habituales en empresas familiares. Para resolverlos, podemos seguir estas 2 actuaciones:
1) Especificar los miembros de la empresa que van a trabajar como propietarios y gestores. También habrá que ser sinceros y analizar si la empresa tiene capacidad de trabajo para todos ellos.
2) En estas empresas familiares es muy importante que los integrantes hayan trabajado un mínimo de 3 años para que tengan la experiencia suficiente como para resolver conflictos que se puedan solucionar.
b) El socio quiere añadir a otro socio a la empresa
Si la empresa crece, podría darse el caso de que un socio quiera meter a uno nuevo. Hay que tener cuidado con esto, ya que podría darnos más de un problema.
El principal problema que tenemos con esto se relaciona con los porcentajes. Al agregar a un nuevo socio se desestabiliza la relación inicial.
Por ejemplo, si al principio hay 2 socios, cada uno podría tener un 50% de la empresa. Pero si se añade un nuevo socio y se reparte todo a partes iguales, el porcentaje sería de 33,33% cada uno. Esto quiere decir que dos socios tendrán el control total de la empresa, aunque el tercero se opusiere.
Importante: para conseguir el equilibrio inicial, lo más prudente es que este nuevo socio se repartiese la parte del socio anterior, quedando de la siguiente manera:
- Socio 1: 50%:
- Socio 2: 25%
- Socio 3: 25%.
Así, si los socios 2 y 3 se aliasen, no tendrían el control de la empresa.
c) Un socio solicita un préstamo a la empresa ante problemas financieros
Si la empresa va bien, un socio podría pensar en pedir un préstamo ante un problema financiero. No es nada recomendable que la empresa se convierta en un fondo financiero. Para evitarlo, deberíamos crear una tesorería.
Lo más recomendable es pedir un préstamo personal fuera de la empresa. Pero si hay suficiente confianza con el socio para que sea la empresa la que haga el préstamo, se tendrá que plantear siempre con todas las garantías; es decir, de la misma manera que se firmaría en un banco.
d) El socio no cumple con sus obligaciones
Es habitual que en ciertas ocasiones un socio trabaje más que el otro. El problema ocurre cuando esta práctica se convierte en algo habitual. Será en ese momento cuando habrá que buscar el origen del problema.
Por ejemplo, podría darse el caso de que en el proceso de cómo elegir una pareja y no equivocarse hemos fallado en un punto. Nos encontramos con un perfil que no encaja en la empresa. Llegados a este punto, habrá que hacer una reevaluación del perfil para elaborar sus obligaciones.
Si se trata de una crisis personal pasajera, debemos apoyarle. Pero si se trata de algo que parece que no tendrá fin, debemos solucionarlo cuanto antes.
e) El socio quiere vender tu parte de la empresa
Hay muchos motivos por los que esto podría pasar: quizá porque la empresa no va demasiado bien, puede que no le motive, que quiera iniciar un nuevo proyecto empresarial con otras personas, etc.
Estas situaciones suelen ser complicadas, ya que el que vende suele pedir más de lo que pagó en el momento del cierre del acuerdo.
La idea es implantar un acuerdo de win-to-win (todos ganan) intentando llegar a un acuerdo en común. Al fin y al cabo, si no quiere estar ahí, no podemos forzarle.
Ten en cuenta estos consejos sobre cómo elegir una pareja y no equivocarse y conseguirás al socio perfecto.